Enero de 2022
Dicen que todo tiene un
propósito, aunque en ocasiones se nos hace difícil entenderlo y años en verlo y
vivirlo. Hay situaciones en las que nos confundimos, en las que nos parece que
vamos perdiendo pedacitos y en ese perdernos caemos en cuenta de que somos
extraterrestres en nuestro propio cuerpo. Así, en esa pérdida, nos encontramos
a nosotros mismos y comenzamos a descubrir cosas de propias que ni siquiera
imaginábamos, no nos conocíamos. Aunque
no veamos “El propósito”, no cabe duda de que cada situación nos presenta una oportunidad para reinventarnos y
lo que sí es seguro es que cuando logramos enfrentar los conflictos, hemos
llorado lo suficiente, dudado, fracasado y nos levantamos y caemos y nos volvemos a caer y a levantar muchas
veces, ya no somos los mismos.
Por
consecuencia, el que está alrededor tiene o que coexistir con la persona en la
que nos convertimos o alejarse. Tal vez es más fácil alejarse que redescubrir…
depende del talento individual para respetar las vivencias ajenas. La vida es
cambio, transformación, adaptación, aprendizaje. Deberíamos vivir tomando en cuenta lo que
sabemos, lo que aprendimos de los errores, no pasar por alto las señales de
alerta. No se debe hacer daño pero sí
hay que darse a respetar, perdonar, en
especial a uno mismo y sobre todas las cosas amarse a sí mismo y ser libre. No
es fácil hacerlo pero es imprescindible
para poder crecer. No olvido lo que leí
en la puerta de la oficina de una amiga: “No siempre se puede estar feliz pero
sí en paz”.
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