jueves, 21 de enero de 2021

Lengua, Lenguaje y Habla- Redactar, Escribir, Contar (Para poder escribir)

 Enero de 2022

1- Lengua- Conjunto de palabras y formas de expresión  por medio de las cuales se relaciona una comunidad determinada de personas. (Vox)

2- Lenguaje – Facultad exclusiva del ser humano, coloca al ser humano en una posición de superioridad por encima del resto de los animales. Es el instrumento de comunicación del cual dispone la humanidad y está ligado a la civilización.

3-Habla-  Modo particular en que una nación o un grupo de personas se comunican.

“Tengo  que decir algo” y  “Tengo algo que decir no es lo mismo”.

Redactar, escribir, contar.

      ¿Qué es un “cuento”? Los cuentos son tan viejos como la vida misma… “Las Mil y una 

noches”. 

                            ¿Sabes cuál fue el origen de esos cuentos?

   Todos somos “Cuentistas”. ¿Quién habrá vivido sin nunca jamás “hacer” un cuento?

Le hacemos “cuentos” a nuestras madres, tías y abuelas. Para hacerle un “cuento” al papá, al

 tío o al abuelo…  hay que pensárselo mejor. A menos que empieces diciendo  “ te voy a

 hacer un cuento”…

   ¿Y quién ha vivido sin escuchar un cuento? ¡Siempre hay quien nos diga un “cuento”!

 Hay veces que pedimos:  “échame un cuento”.

    Aprendemos que un cuento es una historia  corta, con pocos personajes,  imaginaria o 

real. Relata un momento (hace un paréntesis en la ó las vidas de una ó  de unas pocas 

personas). Todos nos contamos “cosas”. Entre nosotros. ¡Y que no lo sepa nadie!

 Después de compartir un tiempo, sabemos a quién decirle un cuento “que no se lo diga  

nadie” cuando... lo que queremos es que lo sepa todo el mundo. Igual que sabemos quién es 

una “tumba”. Las personas mayores  cuentan cosas. Para enseñar…  y algunas veces para 

desahogarse…  porque hay veces que nadie los quiere escuchar. Los jóvenes, igual, también 

necesitan quien los escuche.Escuchar desde la perspectiva de jóvenes y viejos. Atender con 

respeto, escuchar. Parece una tontería… pero no lo es.

       Me enseñó a leer mi abuela paterna…  cuando llegué a la escuela ya leía.

      Nunca le pedí a nadie que me contara sus secretos.  Me los contaron voluntariamente. 

Cuando después supieron  que escribía, me siguieron contando…  y   continuan contando.

 Hay quien me advierte:  “ni se te ocurra escribir eso”. Pero también ha habido quien me 

diga; “cuando lo escribas… hazlo de manera que nadie sepa que fui yo o fue a mí, pero 

cuéntalo”. La verdad es que los personajes toman vida propia. Ninguno de mis cuentos es 

inventado…   ninguno es real.  Me explico: al recordar y tratar de escribir algo que me han 

contado,  mi imaginación planea lo que hubiese pasado si en vez de pasar esto… hubiera 

sucedido esto otro… o si fulana que le ocurrió tal cosa hubiese hecho lo que otra fulana (en 

el buen sentido de la palabra) me relató que hizo en una situación igual… o parecida.

 Otras veces  mientras escribo me encuentro mezclando historias y reinventando personajes. 

Francamente, hay que intentar escribir para poder escribir. Muchas veces creo que un cuento

 está listo y cuando lo leo,  ya para entregarlo, cambia.

     Hay que escribir y releer varias veces. Y dejar historias a mitad. O completarlas. Unos 

días después, al releer, cambian. Se ven desde otro punto de vista, como si ante los ojos del 

que escribe los personajes y las situaciones quisieran mejorar o… empeorar. Siempre con 

varios diccionarios a mano (el de sinónimos y  el de eufemismos  no puede faltar).

 Puede ser en un sueño, en alguna circunstancia vivida o contada, o alguien que  se conoce 

por un momento. O hasta una persona que se divise lejos enfrascada en alguna labor… o en 

una situación particular… que pida una dirección y comience a explicar por qué busca ese 

lugar… las posibilidades son infinitas… igual que nuestras mentes.


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