Revisado enero 2022
Confieso que he vivido (Memorias)
Pablo Neruda. Editorial Seix Barral. Pag. 77-78.
La Palabra
…Todo lo que usted quiera, si señor, pero son las
palabras las que cantan, las que suben y
bajan… Me prosterno ante ellas… Las
amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras…
Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan hasta que de
pronto caen… Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como
platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son
tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo,
cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al
plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como
frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito,
me las bebo, me las zampo, las trituro,
las emperejilo, las liberto,… las dejo como estalactitas en mi poema, como
pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de
la ola…Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se
trasladó de sitio, o porque otras se sentó como una reinita adentro de una
frase que no la esperaba y que le obedeció… Tienen sombra, transparencia, peso,
plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el
río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y
recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua
heredamos de los conquistadores torvos… Éstos que andaban a zancadas por las
tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas,
butifarras, frijolitos, tabaco negro,
oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca mas se ha
vuelto ha ver en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides,
tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por
donde pasaban quedaba arrasada la
tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los
yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se
quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.
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