martes, 3 de abril de 2012

Desiderata ( Baltimore,1862)



PASA PLÁCIDAMENTE ENTRE EL BULLICIO Y LA PRISA Y RECUERDA LA PAZ QUE PUEDE HABER EN EL SILENCIO. HASTA EL PUNTO EN QUE SEA POSIBLE, sin sometimientos, procura estar en buena armonía con todos. Expón tu parecer en forma reposada y clara y escucha a los demás, aunque sean lerdos e ignorantes: ellos también tienen algo que decirte. Evita a las personas ruidosas y agresivas, que constituyen vejaciones para el espíritu. Si te comparas con otros, puedes volverte petulante o amargado porque siempre hay quien es inferior o superior. Disfruta tanto con tus acciones como con tus proyectos. Interésate siempre por lo que haces, por muy humilde que sea tu tarea: es algo que siempre perdurará aunque las circunstancias cambien. Sé precavido en tus negocios porque el mundo está lleno de argucias; pero que la precaución no te impida ver en donde está la virtud, pues muchas personas luchan en pro de elevados ideales y toda la vida está llena de heroísmo. Sé sincero. En especial no finjas afectación. Ni seas cínico en relación con el amor, porque, a fin de cuentas, la aridez y el desencanto son tan perennes como la hierba. Toma resignadamente el consejo de los años, renunciando gallardamente a las cosas de la juventud. Fortalece tu espíritu para hacer frente a las desgracias repentinas; pero no te preocupes por temores imaginarios, pues muchos de ellos son fruto de la fatiga y de la soledad. Por encima de  toda disciplina edificante, sé benévolo contigo mismo. Eres un Ente del Universo no inferior a los árboles y a los astros: tienes derecho a estar aquí. Y lo entiendas o no, indudablemente el Universo se desarrolla como debe hacerlo. Por consiguiente, procura estar en paz con Dios, sea como fuere la forma en que le concibas y cualquiera que sean también tus obras y tus aspiraciones, en la ruidosa confusión de la vida, procura estar en paz con tu alma. Con toda farsa, atareado y sueños rotos, es sin embargo un bello mundo. Ten cuidado. Esfuérzate en ser feliz.
ENCONTRADO EN LA VIEJA CAPILLA DE SAN PAUL, BALTIMORE; FECHADO 1862

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